Esa vez, yo salía de casa de Luis, donde mis amigos y yo acostumbrábamos echar el pisto los fines de semana, cuando de pronto la silueta de un wey que se encontraba en el teléfono de la esquina llamó mi atención, por lo que me dirigí hacia allá para saber quien era. Al llegar me di cuenta que era José, un chavo que por diversas razones le perdí la pista como un año, al percatarme que era él, me hice el wey y seguí mi camino, pues pensé que no le interesaría ni siquiera saludarme. No había llegado ni a media cuadra cuando de pronto escucho: -Ehhh, no me vas a saludar. Ahora no me quieres hablar. Ya se te olvidó quien soy? Chale! -No te reconocí -le respondí-; cómo has estado? Qué milagro que andas por acá? -Andaba echando unos pistos y pasé a ver si veía a Cynti -me dijo. Cynti era su ex chava, quien vivía en el mismo edificio que yo, por lo que se atrevió a pedirme que le abriera la puerta para que pasara a buscarla. Llegamos, él se fue al depa de su ex; yo me fui al mío; sin embargo en menos de 10 minutos tocó a mi puerta. -Qué onda, no me quiso abrir, ya es tarde y ando pedo, dame posada en lo que amanece para irme a trabajar -me dijo. Le dije que se quedara en el sofá; entonces me recosté a su costado y tras un rato de plática la peda lo venció y quedó dormido.

Me levanto para irme a la cama y al voltear a ver a José me percato que se había desabrochado el pantalón y ya traía la verga parada. Me acerqué con la intención de sobársela, pero la calentura me ganó, así que abrí bien su pantalón, bajé su calzón y comencé a chupar esa verga gruesa, cabezona, uncut, peluda y que estaba acompañada de un par de huevotes. Así que cual paleta la lamia de la cabeza y poco a poco me la metía toda en la boca, mientras con la mano acariciaba esas bolas grandes, para después chaqueteársela, primero de una manera lenta y después más rápido, pero lubricándola al darse unas mamadas. Pasó un rato, cuando él se acomoda bien boca arriba, por lo que al no haber obstáculos bajé hasta las rodillas el pantalón y su calzón, y comienzo a darme unos sentones. Y oh sorpresa, veo que eso lo éxito más pues su falo se puso durísimo, por lo que seguí así mientras él tocaba y pellizcaba mis nalgas, así estuvimos hasta que de pronto dice: -Ahí vienen, ahí vienen, pon la boca. Yo lo obedezco para enseguida sentir un fuerte chorro de leche correr por mis labios, mientras él gemía de placer y tomaba mi cabeza para dejarme ir su verga al fondo de mi garganta y no soltarme hasta que salió la última gota. Tras ello, me quedé a su lado dormido al igual que él hasta que la alarma me despertó, pues ya era hora de irse a trabajar. Comencé a despertarlo, pero no reaccionaba, sin embargo lo único que cobraba vida de nuevo era su verga, la cual no tardó en estar de nuevo erecta. De tanto decirle que se levantara, me dijo “ya la levantaste otra vez, ahora la duermes no puedo irme así”.

Así que no quedó otra más que comenzar a mamársela de nuevo, sólo que ahora José, ya tenía más participación, pues movía su cadera para dejarme ir por completo su verga, tomaba mi cabeza para que me la tragara toda, se la jalaba mientras yo lamía sus huevotes, me pedía que le dejara sentir mis nalgas para que las apretara. Todo esto fue para que se viniera de nueva cuenta a chorros pero en esta ocasión quiso echármelos en el pecho. Estaba disfrutando tanto que cada que salía un choro de mecos, José, se estremecía, ponía los ojos en blanco y lanzaba un suspiro de placer. Terminamos, se vistió y me dijo: -Está primera vez que me la mama un wey, estuvo de lujo. Ha sido el mejor mañanero que he tenido. Creo que vendré más seguido a buscar a mi ex y sino la encuentro vendré contigo. Y así inicio nuestra relación de sexfriends.

by Lederrier

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Por ElChac