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Mi roomie! Se me olvido que estaba en el departamento, Alberto me empujó y se quedó parado en la entrada tratando de subirse los pantalones, me asome al pasillo con la verga durísima todavía, no había nadie, no nos había visto (o al menos eso creí) así que fui por este wey y le dije que me siguiera. Se puso medio necio por miedoso, pero nada que una sobada grosera de verga no logre. Lo convencí al final, cuando llegamos a mi recamara se volvió muy tímido, casi sumiso, estaba parado con la vista clavada en el piso sin moverse, pero ya era demasiado tarde, estaba ahí y no se iba a ir sin sentir mi pito en la garganta.

Me acerque a 10 cm de él, mientras tenia la vista clavada en el piso me baje el short y fue la primera vez que pudo ver mi verga en todo su esplendor, estaba recién rasurada y sin un solo pelo en los huevos, brillaba de la punta por la estimulación de la puerta con la cabeza brillando de precum, él no levanto la vista, solo estiro una mano para tocarla, en cuanto la agarro y vio que no cerraba, dio un suspiro y entonces salió de su letargo, alzo la vista y sonrío, había regresado la lujuria a su mirada, yo estaba listo para sacar provecho de ella.

Lo jalé y me mordió los labios, metió su lengua hasta mi garganta mientras me apretaba la verga y los huevos ahora con las dos manos. Yo necesitaba sacarlo de eso uniforme, no sabia que me esperaba pero estaba ansioso, le desabotone la camisa mientras me veía con los ojos inyectados de sangre, la avente al otro lado de la habitación y se quedo solo en una playera blanca interior muy ajustada y pude ver la figura del guardia por primera vez, estaba grueso, fuerte, no mamado, pero sí fornido y definido, quedaba muy sexy con su cara de niño tragón. Le quite la playera y pude ver un pecho totalmente lleno de pelo negro, que contrastaba de una forma exquisita con sus pezones rosas y su piel blanca debido a la falta de sol. No pude aguantar y me incliné para comerle los pezones, no pasaron 10 segundos para tenerlo gimiendo, a jalones me quito la playera y yo me saque los tenis con los pies, avente el short con el pie y estaba completamente listo, desnudo y enfrente del guardia más perro delicioso que había visto en mi vida.

Él estaba vestido por completo de la cintura para abajo, con unas botas que se veían sexy as hell, comencé a abrirle la bragueta le desabotone el pantalón y baje el zipper, dejando ver una verga peluda, larga y muy gruesa, más grande que la mía ahí fue cuando supe que me había sacado la lotería, me incline y empece a mamar como si mi vida dependiera de verlo eyacular, me hinque y me la comí un par de minutos, me jaloneó y me incorporé, yo no me quería despegar de ahí, uncut, pelos negros, huevos grandes y de pilón ves la cabeza de ese macho joven inclinada hacia atrás disfrutando, me costo trabajo pero también lo quería ver mamando. Me puse de pie y sin preguntarle le tome el cabello de la nuca y lo jale firmemente hacia abajo, él se hinco y volvió a sacar el culo, pero esta vez se bajo un poco más el pantalón así que se le salía el culo por la parte de arriba y logre ver pelo negro entre sus nalgas, mamaba como becerro, sin dejar de hacer contacto visual, yo le jalaba el cabello y con la otra mano le apretaba los cachetes para que supiera quien mandaba, le di un par de cachetadas y vergazos, tenia su cabello lleno de sudor y precum, le escurría por la frente, se veía muy sexy, se clavó a mamar mis huevos y vi como se metía los dos a la boca, era un experto. Con la otra mano se jalaba a verga que parecía estar apunto de estallar, yo estuve a punto de venirme cuando vi como se metía un par de dedos a la boca junto con mi verga y se los llevaba al culo que estaba a medio salirse, se veía carnoso como ningún otro.

Necesitaba hundirme en ese culo, me iba a hacer adicto, entonces le dije que se parara, él obedeció sonriendo y solito se bajo los pantalones, como si supiera que seguía, los dejo hasta las rodillas para incorporarse con una sonrisa y el pito escurriendo, me sonrío y se dio la vuelta, tenia una espalda super definida muy gruesa, de las nalgas le salía un vello fino y negro, eran la parte más clara de su cuerpo, redondas y grandes. Yo estaba parado a un paso de distancia, sobandome la verga, dejándole caer saliva, mientras lo veía, él volteaba y me veía sobre el hombro, sin girar para que pudiera seguir admirándole las nalgas, hasta que pasó sus manos hacia atrás y se separo el culito, lo siguiente que se escucho fueron mis rodillas en el piso, él se soltó las nalgas para que rebotaran, se inclinó y yo clave mi cara entre su culo, a fe ciega. Gracias al cielo estaba delicioso como lo pensé, limpio pero sudado y muy peludo, aunque con vello muy delgado y suave, el se agarro de una columna de la recamara y comenzó a gemir, yo sabia que mi roomie estaba en el otro cuarto pero aun así no me importo y comencé a meter más mi lengua, él me empujaba del cuello y lo movía, empezó a gemir más fuerte y yo me separe para ver el fruto de mi labor, un culo listo para ser cogido, peludito y húmedo.

Él sabia lo que quería, comenzó a meterse un dedo hasta el fondo, yo pegue la lengua a su ano y sentía como su dedo se enterraba, yo lubricaba con mi saliva y con la otra mano le jalaba la verga, después de un par de minutos Alberto decidió hincarse con las piernas muy juntas porque aun tenia puesto su pantalón hasta los tobillos y esas botas que solo me excitaban más, quedó en medio de mis piernas porque yo seguía hincado, empezó a parar le culo y a hacerse hacia atrás, tratando de enterrarse mi verga, mientras gemía buscando besarme, yo le metí los dedos a la boca y empezó a mamar mientras seguía gimiendo, se los saqué, comencé a dedearlo, él gemía y se retorcía, no aguantaba más, necesitaba penetrarlo, necesitaba hacerlo gritar de dolor y placer, así que me levante un poco y me incline hacia adelante para que mi verga rozara su culo, era lo que él necesitaba, se separo las nalgas con las manos y empezó a clavarse en mi verga, tengo la cabeza bastante gruesa pero la parte más grande es la mitad del tronco, entonces él trato de metérsela toda, pero al llegar a la mitad tuvo que parar y dar un bufido de dolor, le apreté los pezones y cuando comenzó a levantarse, lo jalé hacia abajo – shhhh, shhhh, aquí te quedas – hinche la verga y volvió a quejarse, le apreté más fuerte los pezones y le di un manazo en el pito, gimió y trató de besarme, esta vez me acerque y le bese la espalda, comenzó a enterrársela otra vez, sin detenerse se la comió toda, hasta la base, se quedo ahí y de pronto comenzó a apretar el culo, estaba exprimiendo literalmente, yo empece a jalarle la verga y él seguía sin moverse, solo apretaba y soltaba el recto, cuando comenzó a moverse pude ver sus nalgas, gorditas, duras, peludas, levantadas comiendo reata hasta el fondo, él me estaba cogiendo a mi, jadeando cada vez más fuerte, se separaba las nalgas y movía el culo, para ese momento ya estábamos gritando, sabia que ahí estaba mi roomie, ni modo, este culito no se iba a ir mal atendido.

Paso su mano a sus huevos y la estiro más hasta tocar los míos, los empezó a apretar y me dijo gimiendo – lléname, por favor papi, déjame lleno de tu leche – Yo estaba en el cielo, estábamos empapados y el sonido de sus nalgas contra mis piernas me tenia al borde del orgasmo, le apreté los pezones y le dije que se dejara de mover -ahora te voy a dar yo- él gimió mientras decía “sí, por favor, papi, cogeme” no hay nada que me excite más que escuchar a mi culito llamarme “papi”, empece la embestida, movimientos profundos y muy rápidos, el estaba a la mitad de llorar y venirse, no sabia si parar, pero decidí darle más fuerte, de pronto grito -me voy a venir- su voz estaba desfigurada por el dolor y el placer así que no pude resistirme más, sentí como mi pito escupía leche caliente, todo se acentuaba con su voz – sí, así cabrón, lléname, vente adentro de mi, déjame escurriendo el culo – Yo termine de venirme y no me quise salir de él, lo abrace y espere a que mi ritmo cardiaco se recuperara, el estaba rendido, se levanto lentamente, con el ano escurriendo en semen y las nalgas completamente rojas, no me aguanté y le di una mordida en una, provocando un grito y una carcajada después, no hay nada como terminar una buena cogida que con un par de risas.

Se levanto y se puso la playera blanca, con los pantalones hasta las botas, el culo lleno de leche y su cabello húmedo, se veía guapísimo, se me empezó a parar la verga de nuevo y lo notó – ya le dio hambre otra vez- me dijo mientras la apretaba, nos reímos y me puse de pie para vestirme, comenzamos a besarnos antes de salir de mi habitación, nos mordíamos y reíamos mientras nuestras vergas se levantaban dentro de nuestros pantalones. Me asome y vi como la puerta de mi roomie estaba entre abierta, era obvio que él había escuchado todo, (después les cuento como sé que lo escuchó todo) salimos del departamento, pero antes volteó y me pregunto – no tengo manchada la cara, ni nada? – me reí y le confirme que todo estaba limpio. Caminó y al segundo paso volteó y me dijo muy alto – Muchas gracias por el agua caballero, espero que quede lista la chapa y cualquier cosa que necesite pase a administración y con mucho gusto lo atendemos – Con la mirada completamente seria y profesional, sonreí y le di las gracias. Se dio la vuelta y bajo las escaleras.

En cuanto cerré la puerta corrí a la cocina a asomarme y ver como se iba, él volteo y sonrío hacia donde yo estaba, me movió el tapete el cabrón, además de estar super delicioso, tenia una verga que sí se antojaba para sentirla rompiendo el culo, me hubiera gustado poder mamarsela más, pero ya saben, poco a poco.

El domingo termino muy bien, después de la cogida me bañe y trabajé un buen rato, me la jalé recordando la tarde un par de veces y lo archive como uno de los domingos más interesantes en mucho tiempo. Lo que no sabia era que Alberto, el guardia, no solo tenia una verga y un culo hermosos, también tenia una mente bastante retorcida, aun no decido si fue un error o no darle mi celular, lo que sí me queda claro es que este wey salió más cabrón que bonito.

Trabajó 8 meses más ahí, obviamente pasaron muchas cosas, porque no es por presumirles, pero su verga es droga dura jaja, tengo escritas un par de cosas más con Alberto, espero compartirlas pronto.

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Big D.

 




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